Con categoría de Monumento Nacional y situada en la zona más frecuentada de la ciudad, esta iglesia, cuya construcción comenzó en el siglo XII y finalizó en el XX, es uno de los templos más emblemáticos del románico de Segovia. La diferencia de altura del terreno que ocupa, no hace más que añadir elegancia y esbeltez a esta iglesia rodeada nada menos que por tres atrios.
El que da al norte está decorado con capiteles historiados que representan pasajes de la Natividad y la Pasión, mientras el del sur, apoyado en un muro de granito está embellecido con representaciones figurativas variadas en sus capiteles y canecillos. El tercero, donde se sitúa la portada principal, está precedido por un pórtico sostenido por las esculturas de cuatro tenantes (caso único en Segovia), dando a esta entrada una singular belleza a la que contribuyen las arquivoltas de la portada.