Se trata de una pequeña iglesia encajonada entre los conventos de las Dominicas, Capuchinos y las Oblatas (hoy hotel), muy cerca de la iglesia de San Esteban, de la que fue dependiente debido a la escasa cantidad de vecinos que vivían en la parroquia de San Quirce y los pocos recursos que tenía.

Este templo del siglo XII tiene una sola nave; en su crucero se levanta una curiosa bóveda desde la que se eleva la torre, la cual no tiene ahora su altura original. Justo al pie de la torre se encuentra una de sus dos portadas, que son de medio punto decoradas con arquivoltas de motivos vegetales una y sencillos la otra.

En el ábside encontramos un vano reconstruido al taparse la puerta, que se abrió en él cuando la iglesia fue utilizada como almacén. La decoración figurada de los canecillos y los capiteles está muy deteriorada pero aún se aprecian algunas figuras.

En 1847 cesó el culto en esta iglesia, que acogió el sepulcro de Diego Enríquez del Castillo, notable de la corte de Enrique IV que se encontraba entre sus vecinos. Tras su abandono fue adquirida por la Universidad Popular de Segovia, fundada entre otros por Antonio Machado, pasando después a ser la sede de la Academia de Historia y Arte de San Quirce, función que mantiene actualmente.
Se emplaza en uno de esos rincones desconocidos para el “gran turismo” porque requiere pausa y callejear por la ciudad, pero esta zona resulta una agradable sorpresa para el viajero que llega a descubrirla.