Situada en lo alto del “cerrillo del cura”, cercano al Acueducto, y muy próxima a su hermana pequeña, San Justo, encontramos esta iglesia románica que da nombre al barrio del Salvador. Es de origen mozárabe y aún conserva algún vestigio a pesar de las transformaciones sufridas con el pasar de los años, de hecho, al contrario de lo que solía ocurrir al agrandar un templo en la Edad Media, aquí se preservó especialmente la parte delantera del templo original en vez hacerlo todo nuevo allá por el siglo XII.
Iglesia del Salvador
Diferentes aparejos en la torre
En la torre se pueden apreciar sus diferentes edades y estilos artísticos, es fácil localizar en su base algunas de las piedras pertenecientes al Acueducto, que se aprovecharon al estar algunos de sus arcos derribados tras la invasión musulmana de la mano de Alimaimón de Toledo. Por encima de estas piedras se observan unas de ladrillo con piedras colocadas en sentido perpendicular, es un aparejo propio de la tradición musulmana que se repite en San Justo. Después de este cuerpo viene el románico, con arcos ciegos y columnas decoradas con bellos capiteles. La torre se corona con el campanario y un tejado a cuatro aguas.
El otro elemento románico conservado es el atrio que hasta hace muy poco estaba tapiado, ocultando la rica decoración de los capiteles, entre los que destaca uno que representa las herejías; aunque especial mención debe tener también la escultura de sus metopas, los canecillos desgraciadamente se han perdido en su mayoría.
Atrio recuperado
Detalle de una metopa
En siglo XV una tormenta destruyó toda la parte delantera y los cuerpos superiores de la torre que se reconstruyeron con piedras de la cabecera destrozada. Los trabajos se prolongaron hasta el siglo XVII pero no fue el último percance sufrido, ya que en 1856 otro rayo ocasionó graves daños, teniendo que ser reparada, una vez más, la torre.
En su interior decorado al estilo barroco aún se aprecian algunas de sus formas más antiguas y entre los tesoros que guarda se encuentra una pila bautismal de estilo gótico isabelino bellamente policromada.