“Maltratada por el tiempo y olvidada por la ciudad”, así se puede describir a esta pequeña iglesia románica situada en las cercanías de la Puerta de Santiago. Ahora es una zona bastante despoblada y muy agradable para pasear pero en sus mejores tiempos fue una parroquia muy habitada. Este templo solía tener una torre bastante más alta que la actual que se coronaba con almenas o picos de los que terminó tomando el nombre. Se hizo muy famosa su campana por ser la primera en anunciar a sus gentes que la ciudad era atacada, y no sólo por ataques externos.

Torre rebajada

Iglesia de San Pedro de los Picos
Fueron las revueltas internas las que le dieron más fama, especialmente cuando el 16 de mayo de 1473 esta campana, cuyos restos se guardan en el museo Provincial, dio la señal del alboroto que había promovido Juan Pacheco para casar a la princesa doña Juana (hija de Enrique IV) con el duque de Segorbe. Los conjurados debían reunirse en los sitios señalados al escuchar la campana y apoderarse del Alcázar y su alcaide Andrés Cabrera.
Casi escondida a la vista por la tapia que la rodea, apenas se intuyen sus portadas y algún vano que no pueden evitar hacer gala de su estilo románico, y su ábside, un poco más visible, nos dice que pertenece al siglo XII.
En el siglo XVII fue anexionada a la parroquia de San Nicolás debido a la pérdida de feligreses, todos sus enseres se trasladaron a ésta y más tarde a la Trinidad, donde ahora se puede ver la imagen de San Pedro, sentado y vestido con galas de obispo.

Portada románica

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