Iglesia de San Sebastián

Se encuentra bastante escondida en una plaza del barrio de los Caballeros, justo detrás del Palacio de Quintanar. Te la encuentras normalmente cuando vas en busca de aparcamiento, está rodeada de callejuelas estrechas que, especialmente de noche, te transportan al Medievo.

San Sebastián

Iglesia de San Sebastián

Cabecera

Rincón de la cabecera

Nos ha llegado muy transformada, de tal manera que los elementos románicos más visibles se reducen en el exterior a la portada principal y al ábside, que merece la visita por sí sólo. Dividida en tres, calles la decoración escultórica de sus vanos y canecillos no tiene desperdicio y lleva un rato; además el rincón que forma junto a la torre posterior de la Casa de las Cadenas es realmente singular. La torre se halla pegada a la cabecera y de la primitiva conserva sólo la base y la escalera interior de caracol, pues fue reconstruida en varias ocasiones, la última en el siglo XIX, perdiendo parte de su altura. En el interior sus tres naves separadas por grandes arcos están recubiertas por la famosa cal del barroco y quién sabe si no ocultaran detrás de si algún resto románico o gótico.

Ábside

Ábside

Portada principal

Portada principal


Los vecinos de esta parroquia nunca pasaron de quince casas, eso sí, la mayoría eran ricos palacetes como los que se pueden apreciar en sus alrededores. También había algunas casas pobres pero sus parroquianos más fieles eran los trabajadores de la Casa de la Moneda Vieja que se hallaba justo enfrente de la fachada del mediodía de la iglesia y que fue edificada por orden de Enrique IV. Estuvo en funcionamiento incluso después de que Felipe II hiciera la nueva. San Sebastián era el patrón de estos trabajadores por lo que fueron ellos quienes pusieron su imagen y la de la Virgen en las hornacinas del Acueducto.