La Plaza Mayor de Segovia se sale del patrón marcado por otras plazas como las de Valladolid, Madrid o Salamanca. Esto se debe a que se hizo a trompicones bajo la influencia de muchos factores, el primero de los cuales fue el hundimiento de la iglesia de San Miguel en el siglo XVI, que se hallaba en el lugar donde hoy se encuentra el templete. Su traslado a la actual posición coincidió con la construcción de la Catedral. En el siglo siguiente se construye el ayuntamiento que presenta una fachada de granito obra de Pedro de Brizuela, autor también de la portada de San Frutos de la Catedral.
Esta plaza era el centro de la actividad política (el consejo de la ciudad se reunía hasta entonces en el atrio de San Miguel), económica (el mercado que le concediese Enrique IV se continúa celebrando en ella todos los jueves), religiosa (por ser el lugar más cercano a la Catedral) y social ya que en ella se celebraban las festividades religiosas con sus representaciones, (la más importante era la del Corpus), los ajusticiamientos que eran públicos y de obligada asistencia y sobre todo las corridas y juegos de cañas (con las que se saltaban los toros).

Día de mercado