Esta iglesia es de las que más desapercibidas pasan en Segovia. Se podría decir “que se vino a menos” tras su derrumbe en 1532 y posterior cambio de ubicación, pues permanece medio escondida entre todas las edificaciones que se apoyan en sus muros ocultándola. Antes se encontraba en el centro de la Plaza Mayor, donde ahora está el templete, y con ella la plaza se dividía en tres plazuelas. Allí tuvo su mayor protagonismo histórico pues en su atrio fue proclamada reina Isabel la Católica el 13 de diciembre de 1474 tras la muerte de su hermano Enrique IV.
Portada
Fachada principal
Era en principio una iglesia románica del siglo XII, pero al decidirse su traslado a la posición actual en 1532 la construcción pasó tener una mezcla de estilos. Fue Rodrigo Gil de Hontañón quien por entonces trabajaba en la Catedral, el encargado de su reconstrucción, para lo que aprovechó la mayor parte de la piedra caída. Del primer templo mantiene la torre románica y algo de decoración románica en los relieves y en la portada.
Relieves románicos
En el interior, de una sola nave con cabecera plana, encontramos un retablo barroco en el altar mayor y varias capillas, destacando los sepulcros con las estatuas yacentes de los señores de Rueda, don Diego y su esposa, que compraron esta capilla como morada eterna. Aquí se encuentra enterrado el segoviano Andrés Laguna, médico y filólogo que alcanzó gran prestigio, llegando a ser médico del Emperador Carlos I de España y V de Alemania, y del Papa Julio III. Su monumento funerario está decorado al fresco con figuras blancas sobre fondo negro.