Segovia la ciudad

Lo primero que has de saber de Segovia antes de empezar a visitarla, es que es una ciudad en dos niveles, con una parte alta amurallada construida sobre una enorme roca, lo que hizo de ella una auténtica fortaleza en el Medievo, y los arrabales, que no se convirtieron en barrios hasta mucho después, y es que en un principio eran pequeñas aldeas independientes, que al ir creciendo la ciudad se terminaron uniendo a ella.

Dentro de la muralla

Intramuros

Valle del Eresma

Valle del Eresma desde el Alcázar

No era fácil habitar en la parte alta, que está rodeada por dos valles, los del río Clamores y Eresma. Los habitantes preferían vivir en la parte baja a tener que acarrear el agua.

Pero claro, también estaba la cuestión defensiva, resultaba más fácil defenderse en lo alto, y parece ser que donde se sitúa el Alcázar podría haber habido un castro (construcciones habitadas por pobladores prerromanos). Ya en época romana la construcción del Acueducto supondría un gran avance para la escasa población intramuros aunque sólo los privilegiados recibían suministro directamente del canal del Acueducto, los demás tenían que acudir a las fuentes públicas y recoger el agua en pozos o aljibes.

Con la invasión musulmana y durante la Reconquista el famoso monumento sufrió graves desperfectos por lo que se cree que la ciudad alta quedaría casi desierta, no así los valles que mantendrían una pequeña población.

La sombra del Acueducto

La sombra del Acueducto

Mirador de la Canaleja

Mirador de la Canaleja

Fue a partir de 1086 cuando Raimundo de Borgoña se encarga de reconstruir y repoblar la ciudad y Segovia se convierte en algo parecido a lo que es hoy; y vivir en la parte alta se convierte en un privilegio, pues allí vivían las clases más altas y en sus arrabales los aldeanos, comerciantes, trabajadores, hortelanos y gentes más desfavorecidas.

Segovia, por ser zona fronteriza, durante todo este periodo miraba hacia Castilla, dejando a su espalda la montaña, que la separa  de Madrid. Por eso sus entradas principales de su muralla estaban al norte y las más fortificadas (actualmente las únicas desaparecidas) al sur.

Colegiata

Colegiata en la Granja de San Ildefonso

Plz. Azoguejo

Plaza del Azoguejo

El esplendor segoviano llegó en la Edad Media. Segovia se convirtió en una de las principales ciudades del reino gracias, en parte, a los muchos reyes que eligieron el Alcázar como “vivienda”, pero sobretodo por la enorme importancia económica de su industria lanera, basada en la crianza de ovejas y la fabricación de extraordinarios paños.

La decadencia llegó con las guerras y las enfermedades en el siglo XVII, si bien hubo un intento de resurrección por parte de Felipe V que se estableció en La Granja de San Ildefonso, pero la economía segoviana ya estaba muy malherida. Más tarde la Guerra de la Independencia, las posteriores guerras Carlistas y la Guerra Civil, terminaron haciendo de Segovia una “ciudad de provincias” consiguiendo que hasta los segovianos olvidaran su magnífico pasado.

Actualmente, tras el nombramiento por parte de la UNESCO tanto a la ciudad como al  Acueducto como Patrimonio de la Humanidad, Segovia está haciendo valer la riqueza histórica de su pasado y recuperando su enorme patrimonio monumental. Todo ello se complementa con una magnífica oferta cultural que se distribuye a lo largo de todo el año y con la que pocas ciudades de su tamaño pueden competir. En pocos años se ha convertido en un más que interesante destino turístico, en el que el visitante, atraído en un principio por su famoso Acueducto y su rica gastronomía, queda absolutamente prendado y con ganas de repetir su visita.

 

 

 

 

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