Situada en la plaza de San Andrés, esta iglesia románica parece ser otra excepción a éste estilo artístico al poseer un número par de ábsides. El mayor dividido por columnillas en tres paños al estilo de la Iglesia de San Millán, está desviado con respecto al eje de la nave, lo cual se interpreta como la inclinación de la cabeza de Cristo en la cruz. Apoyada en este ábside se encontraba una de las tres puertas que cerraban el antiguo barrio de la Claustra.
Ábside S. Andrés
Es una iglesia sencilla y coqueta que aparece entre los árboles de esta plazuela y obliga a pararte a admirarla. Su torre de ladrillo nos llama la atención enseguida, con cuatro cuerpos cuadrados que aparentemente son iguales, aunque una observación más pausada nos saca del error, cuando nos fijamos en sus ventanas de diferente grosor, hechura y decoración que deja entrever los toques mudéjares. Se levantó posteriormente a la iglesia, adosada al pequeño ábside de cal y canto.
Torre de San Andrés
Iglesia de San Andrés
Su interior barroco guarda poca relación con su pasado románico ya que como tantas otras fue encalada. En este jardín se dio, en el Medievo, la convivencia de la Sinagoga vieja (en las actuales instalaciones de la Junta de Castilla y León), de una madraza en llamado entonces Corral del Moro, a la entrada a la plaza, y el convento de los Mercedarios ocupando la mayor parte del espacio se encontraba .