La fábrica de Borra

A lo largo de su historia ha pasado por las manos de varios propietarios, el primero del que se tiene constancia fue D. Diego de Ochoa y Ondátegui, uno de los empresarios más importantes y acaudalados que ha tenido la ciudad de Segovia. Allá por mediados del siglo XVIII, esta fábrica era en realidad un molino con un martinete, cinco ruedas se utilizaban para la producción de papel a partir de paños y trapos viejos. Ésta ha sido su principal actividad a lo largo del tiempo. En aquel momento se hacía un papel de estraza de baja calidad utilizado para envolver, que era el más barato de todos; aunque también llegaron a producir papel de fumar. Se construyó un pequeño estanque para que, al remansar las aguas, se limpiaran un poco de las inmundicias que traían porque río arriba se situaban los molinos de abatanar la lana que dejaban gran cantidad de residuos como la grasa y el jabón entre otros.

Títeres 2016 063...

Fachada principal de la Fábrica

La alameda...

Alameda frente a la antigua fábrica de Borra.

Una Real Orden del año 1760 referente a la calidad del papel dio al traste con la productividad de este molino y terminó con un cambio de dueño, un francés que sí logró hacer papel fino para imprimir como dictaba la orden real. Sin embargo, sobrevivió a duras penas y no fue hasta pasada la Guerra de la Independencia cuando José Casaban restauró el edificio e introdujo innovaciones. Se volvió a fabricar un papel tan excelente que el rey Fernando VII vino a visitar esta fábrica, pero en plena revolución industrial todo avanzaba a un ritmo vertiginoso y pronto la maquinaria volvió a quedar obsoleta.

 

Alrededor de 1830 la familia Riber se hace cargo de la factoría, dedicada en exclusiva a fabricar librillos de papel de fumar. Levantaron de tal manera esta industria que llegaron a tener cuatro fábricas, dos en el Eresma y dos más en el Clamores, dando trabajo en 1870 a más 250 familias. Uno de los descendientes, Modesto García, descubrió una técnica diferente que utilizaba papel de paja de centeno en vez de hilo de trapos, mucho menos saludable. Consiguieron revolucionar el mercado y ser distinguidos con varios premios y la visita de Alfonso XII.

Los molinos 058...

Chimenea de la antigua fábrica

Oficios 008...

Detalle de la chimenea

A principios del siglo XX, la producción era ya escasa. Fue otro visionario de la familia Federico Riber Muñoz quien transformó la fábrica de papel en una de borra y abrió otra de hielo a su lado. Las borras de algodón y cardas de las lanas, junto a los restos de las vestimentas, se usaban para producir colchones, edredones, borras y lanas regeneradas aptas para la elaboración de hilados y tejidos, regenerados de algodón, algodón hidrófilo y hielo artificial, siendo uno de los primeros ejemplos de reciclaje productivo conocidos. En los años cincuenta seguía en activo pero poco a poco la actividad industrial fue desapareciendo.

Oficios 005...

Taller de “Conservararte”

Los molinos 059...

Entrada a los talleres artesanos

Finalmente las instalaciones llegaron a manos del Ayuntamiento de la ciudad, que a finales del siglo XX instaló allí la primera Escuela Taller Municipal. Actualmente es el Centro Municipal de Formación y Empleo “Antigua Fábrica de Borra”, sede de programas de formación y empleo, como escuela taller, taller de empleo, garantía social y factor-e; así otras actividades culturales y formativas. También se han instalado allí varios talleres artesanos dedicados a la restauración de arte, tejido, etc., que se pueden visitar. Pincha aquí para ver más fotos.