Longitud: 3km.
Dificultad: Baja
Recorrido: circular
Tiempo: 1- 1:30 horas aprox.
El recorrido empieza al pie del Acueducto, desde dónde apreciamos la dificultad de acceso a la ciudad por la gran diferencia de altura hasta el postigo del Consuelo, pegado a la parte alta del Acueducto. Empezamos a subir por la calle Cervantes, la pendiente más suave de acceso a la ciudad. Hoy es peatonal y muy comercial, todos la conocen como calle Real, aunque éste no es su nombre original sino el popular, seguramente le viene dado por ser la vía elegida por reyes y grandes para entrar en Segovia; lo hacían por la antigua Puerta se San Martín (hoy desaparecida) que se encontraba junto a la casa de los Picos, que la defendía en caso de ataque. Nuestra primera parada, en el Mirador de la Canaleja, nos recuerda que aquí se juraban los fueros (leyes) antes de entrar y también se entregaban las llaves de la ciudad.
Exterior de la antigua puerta de S. Martín
Postigo de la Luna
Continuamos nuestro ascenso y al llegar a la plaza de Medina del Campo, al pasar junto a la iglesia de San Martín, a nuestra izquierda la calle de la luna lleva al postigo del mismo nombre.
Seguimos hasta la plaza del Corpus, aquí nos desviamos a la izquierda, por la calle de la Judería Vieja, desde la que vemos el postigo del Sol. Sin dejar esta calle pasamos junto al Centro Didáctico de la Judería y encontramos la Catedral. Comienza un prolongado descenso por la C/ Martínez de Campos hasta la Puerta de San Andrés. La muralla (siempre a nuestra izquierda) que hasta ahora se nos ocultaba formando parte de las casas, aparece por fin y se puede visitar al igual que la Puerta de San Andrés, que es la más fortificada, monumental e impresionante de las tres que quedan. Junto a ella encontramos un Punto de Información donde nos dicen cómo visitarla. Por esta puerta que formaba parte de la Judería, abandonaron los judíos la ciudad cuando fueron expulsados en 1492.
Arco del Socorro (Interior P. San Andrés)
Entrada al Museo Provincial
Desde la plaza del Socorro continuamos por la calle del mismo nombre y tras dejar el museo provincial continuamos hasta el Alcázar con las vistas del Pinarillo y del valle del Clamores como acompañamiento.
Salimos por la verja del Alcázar, siempre a nuestra izquierda y comenzamos a bajar, contemplando ahora el valle del Eresma. Así llegamos al Jardín de los Poetas, junto a la Puerta de Santiago. Es un lugar ideal para tomarse un descanso antes de visitar la Colección de Títeres de Francisco Peralta, que alberga en su interior, altamente recomendable. Debe su nombre esta entrada a la iglesia de Santiago que se encontraba en las cercanías, por ella pasa el Camino del mismo nombre. Era la principal puerta de entrada porque en tiempos de la Reconquista se encontraba de cara al reino de Castilla, de aquí salían los caminos a Medina del Campo y Arévalo, mientras que al sur se encontraban los territorios ocupados por los musulmanes. En su cara exterior se observa claramente su pasado mudéjar mientras que en la interior se aprecia que ha sido objeto de numerosas reformas que afectaron profundamente a su aspecto.
Jardín de los poetas
Muralla hacia el Alcázar
Nuestro camino sigue subiendo, desde aquí por la calle Puerta de Santiago, dejamos a nuestra derecha la iglesia de San Pedro de los Picos y encontramos más adelante el Hospital de Misericordia. Salvada la pendiente, bajamos hacia la ya visible puerta de San Cebrián que debe su nombre a la ermita que había no muy lejos. Hoy no es más que un paredón con un arco de medio punto; de la anterior, que se cree era mudéjar, no queda más que el testigo de su ubicación anterior que está marcado con una cruz de piedra. Se puede subir al adarve que ha sido acondicionado recientemente y nos ofrece también un estupendo espacio para reposar y disfrutar de las vistas al arrabal de San Lorenzo.
Ouerta de San Cebrián
Postigo de San Juan
Ya cerca del final tomamos el Paseo del Obispo hasta enlazar con la calle del Taray, desde donde llegaremos a la plaza de Colmenares, allí nos espera la iglesia de San Juan de los Caballeros; rodeándola por el agradable jardín alcanzamos el Postigo de San Juan y otro mirador. Salimos de este entorno por la calle Luis Felipe Peñalosa y encontramos la plaza del Conde Cheste, donde de hallaba la Puerta de San Juan, ya desaparecida. Estaba perfectamente protegida, por la Casa de Segovia a la izquierda y la impresionante fortaleza que es la Casa de las cadenas a la derecha. Como las otras puertas entre sus funciones estaban el control del Paso y el pago de impuestos y portazgos.
C. Luis Felipe Peñalosa
Situación de la antigua Puerta de San Juan
Rodeamos la Casa de las Cadenas por la calle San Sebastián hasta avistar el Acueducto. Hemos llegado al Postigo del Consuelo y al final de nuestro itinerario. Este mirador ofrece una de las mejores vistas de la ciudad.
Calle San Sebastián
Postigo del Consuelo