Una vez al año los rincones de Segovia se llenan de títeres y durante unos días la ciudad se contagia de la magia de sus historias. Los viajes imaginarios son constantes gracias a la fantasía, el buen hacer de los titiriteros y la complicidad de los segovianos y cómo no, de la enorme cantidad de visitantes durante el fin de semana.
Son ya más de 30 las ediciones de este festival que comenzó su andadura en 1985 sin apenas presupuesto y con muchas ganas. Poco a poco se fue ganando un sitio en el corazón de los lugareños que cada año esperaban la primavera y la llegada de estos simpáticos seres que por unos días convertían el paseo por las calles en momentos de ocio indispensables, que podían retrasar cualquier trámite, compra o cita si los pillabas a diario.

Más tarde los espectáculos fueron llegando a los teatros y los patios, ganando en calidad y público hasta conseguir la excelencia. Llegados a este punto, esta cita anual se ha convertido en un acontecimiento con una repercusión enorme, tanto, que se hace realmente difícil manejar a toda la gente que llega a Segovia ese fin de semana en particular. Ver algo requiere horas de espera en la calle y andar muy listo para pillar las entradas de patios y teatros que desaparecen casi en cuanto salen a la venta. Los días laborables es más fácil y son los que más se disfrutan, aunque los espectáculos decrecen en número de forma alarmante, para irse a otras ciudades, desgraciadamente.

Cada vez es más complicado, pero cuando consigues ver una representación, la magia de los títeres te llega directo al corazón y ya ha valido la pena. Además el ambientazo que respira la ciudad no tiene nada que ver con el resto de eventos del calendario. Porque el festival internacional “Titirimundi “es único.

Eso sí, cuando vengas ármate de paciencia, respeto…y no olvides el factor sorpresa: tú también formas parte del espectáculo.

Información útil: Titirimundi .